“Tres eran tres y ninguna era buena”, como decía la copla.
Yolanda Barcina ha dicho que los agresores, “pertenecen a los grupos que ya
estamos acostumbrados a recibir presiones de ellos en nuestra comunidad, de esa
izquierda
abertzale que amenaza, que extorsiona y que agrede”.
La historia de los “lanza tartas”, es muy variada, es decir,
que en muchas ocasiones se han lanzado tartas a famosos, lideres políticos,
etc. Vamos, que esto no es nuevo. Hay movimientos que se dedican a lanzar
tartas si algo no les gusta.
Si esto no me gusta, pues allá que voy yo, cojo mi tarta y
se la estampo en la cara a alguien. La verdad es que la política de estos
movimientos es cómoda, no se si efectiva, o práctica, pero al menos cómoda sí
que es.
Ni se pierde tiempo en redactar discursos para convencer a
la gente de tus propuestas, ni se exponen a que les puedan llevar las contras o
debatirle algo, ni nada de nada. Solo vas a la confitería, la compras con mucho
merengue y Tartazo va y viene y ya está todo hablado.
Como digo, no es efectiva, ni mucho menos, esta forma de
actuar de un movimiento. Porque si lo que pretenden, en este caso por ejemplo,
es ir en contra del Tren de Alta Velocidad, y convencer al mayor número de
personas de que, según ellos, eso no es bueno, así, no lo han logrado, es más,
yo creo que se han hecho odiar por algunos que aunque no estaban con ellos, al
menos antes no les odiaban.
Los detenidos “pertenecen al movimiento de desobediencia al
Tren de Alta Velocidad, Mugitu!”. ¡¡Toma ya!! Estos seguro que son de los que
luego no hay quien les quite el sitio en el trenecito.
Esta agresión, podría tomarse como un “atentado contra la
autoridad”. Pero por parte de Bildu no fue condenado porque para ellos “esto no
podía elevarse a un rango de agresión”. Como siempre, en su línea.
Dijo Barcina que “el fin de la violencia no significa solo dejar
de asesinar” y lleva toda la razón. Este es el comportamiento de alguien que
quiere intimidar, atemorizar y coaccionar al pueblo, a la gente libre, o
supuestamente libre y que cualquier partido político en democracia debería
estar obligado a condenar.
No sé, es posible que tengamos que llamar otra vez a Kofi
Annan y a los otros listos, para que digan ellos si esto es normal.