martes, 24 de noviembre de 2009

Alakrana II

Después de este esperado “final feliz”, ya que los marineros están en sus casas, sanos y salvos, hay que analizar la actuación del gobierno en el secuestro del pesquero Alakrana.

La “tregua” entre gobierno y oposición en este tema ha terminado y la frialdad con la que hay que tratar lo que ha ocurrido debe de ser extrema. Aunque nos duela.

Tenemos que volver al principio: por qué se secuestró el barco, en qué aguas estaba faenando, qué pedían los piratas, qué se les ha dado, cuales han sido las negociaciones, los detalles del rescate, etc.

Se debe de aclarar también algo que yo creo de suma importancia, ya se comentaba en este mismo blog, en la primera parte de esta historia, ¿Por qué no navegaban con bandera española?

Digo que es de suma importancia esta cuestión porque son españoles, los que tripulaban el barco, o al menos España los ha tratado como españoles, ha pagado el rescate, toda la opinión pública también, incluso los piratas secuestraron a un barco español y pidieron a España el rescate. ¿Por qué ese barco llevaba bandera vasca?

El gobierno tiene que aclarar este tema. Si el secuestro de un barco vasco es responsabilidad del país al que pertenece, si ese país tiene que hacer frente a los piratas, a los rescates e incluso a las muertes que podrían haberse sucedido (gracias a Dios no es el caso), ese barco debe de llevar la bandera de España.

Pero tropezamos con la misma piedra una vez y otra. Ya se nos había olvidado que una cosa parecida nos ocurrió con el atunero “Playa de Bakio”. No aprendemos. Parece que las leyes están para el que las quiera cumplir y al que no le gusten pues que se las pase por…

Esto de las banderas no esta muy claro en este país: ¿donde hay que ponerlas?, ¿donde tienen que estar por ley para la representación de la nación? y lo que es más importante, lo que ha pasado en este secuestro, ¿para que sirve o puede servir llevar la bandera a la que perteneces?
Pues bien, entre otras cosas, eso que algunos ven tan absurdo sirve para que si te pasa algo, como esto, el país al que perteneces te salve la vida.
¡Sirve para que no seas un pirata más sin bandera por medio de un océano lleno de secuestradores cabrones, que en cualquier momento te pueden joder la existencia a ti y a tu familia porque no eres de ningún sitio!

Espero que se den cuenta de esto en Bermeo y pongan la bandera de España en su Ayuntamiento.

No estoy diciendo que si hubieran llevado la bandera española, en lugar de la vasca, no hubiera pasado lo mismo, pero sí que digo que el gobierno y la opinión publica se está hartando de estas situaciones. No se puede ser de este país para unas cosas y despreciarlo en otras y es posible que esto haya sido la gota que colme el vaso y a los próximos que les ocurra algo parecido tengan que pagar por todos juntos.

Lo que digo, no me lo estoy inventando. Ya hay algún medio de comunicación que publica cosas bastante fuertes sobre este tema. Dicen que si los familiares de los secuestrados vascos desprecian tanto lo español, que lo hubieran dicho antes y el gobierno “solo se hubiera movilizado para salvar a los pescadores gallegos”, o que “si los marineros liberados comparten esa repugnancia hacia lo español, lo coherente es que se volvieran con los piratas hasta que algún negociador del bar Faisán pagara el rescate”.

Después del ridículo que ha hecho el gobierno, y junto con él toda España, teniendo que negociar con ese tipo de chusma, le queda el resuello de resaca que huele a que ese barco no quería ni ser español.

Si me lo permitís, queridos amigos, me quedo para terminar con parte de una frase que escribe un amigo en los comentarios de la primera parte de este artículo, en este mismo blog: “nuestra querida España ha salido malparada de todo esto”. Y me gustaría añadir que no sé hasta cuando querrá seguir asumiendo este papel de país de tontos, pero me parece que no le queda mucha paciencia.

martes, 10 de noviembre de 2009

Alakrana

Me he decidido a escribir un artículo sobre este barco, atunero, vasco, secuestrado por los piratas somalíes y que parce que está poniendo en jaque a nuestro país, desde el día dos de octubre.

No quiero centrarme en una crítica a los responsables, pues entiendo que el problema inmediato hay que fijarlo en la forma de traer a sus casas, con sus familias, a los tripulantes del barco que lo están pasando muy mal. Quizá esa crítica la haga en otro artículo.


O sino, no, la haré en éste, para qué voy a esperar, para que se olvide como todo. Ya está bien de guardar la cara a unos pocos de incompetentes. Que todo el mundo sepa que nadie está exento de pagar el pato de los fallos de algunos personajes tan adorados, por lo que se ve, por algún sector de la sociedad.

Supongo que el señor adorado, el que trajo a España a los dos piratas capturados, tendrá alguna solución para consolar a las familias de los secuestrados. Esta solución, podría ser devolverlos a Somalia, lo que se podía haber hecho en el momento de la captura. Pero no, él tenía que traerlos a España, él tenía que dar noticia, él tenía que demostrar los “guevos” que tiene España. Y si la cosa sale mal, que mojen sopas los afectados.

Somalia, un país sin relación alguna con el nuestro, donde el terror de los “señores de la guerra” se palpa por doquier. Allí están las negociaciones ahora, en un país que no puede contener su propio terrorismo. A estos tenemos que pedirle que velen por los nuestros.

Tenemos a 36 marineros en un barco, tenemos algo por hacer para que sean liberados. Hay que devolver a los dos piratas que están en nuestro país al “abismo del que proceden” y traernos aquí a nuestra gente. Y una vez que estén todos a salvo, buscar responsabilidades, que no quede esto así.

Si en Somalia juzgan a esos piratas o no los juzgan tenemos que discutirlo cuando los nuestros estén aquí, ahora la prioridad es la salvación, y si para eso hay que rectificar algo, se rectifica. Las “cagadas” hay que pagarlas.

Sí, señor Garzón, si quiere se lo puedo poner un poco más claro: la mierda hay que limpiarla.

¿Qué pasará ahora? ¿Qué decidirán los negociadores? ¿Cuánto más durará el miedo de los tripulantes y la congoja de sus familias?

Dice Pedro J, director de El Mundo, que “a veces sólo el sarcasmo sirve para poner en evidencia la estupidez humana”.

¿Quién es capaz de ser sarcástico en estos momentos, Pedro?