jueves, 25 de marzo de 2010

Reencuentro

-Hola querido Corpus.

-Hola Fran, ¿qué tal? ¿Cómo va tú vida?

-Tu desazón me molesta. No es esta la actitud para un reencuentro. Ya sabes como va mi vida, no se a qué viene esa pregunta.

-Lo sé Fran, pero es que hace mucho tiempo que no escribes. Tú eres mi pluma, sin ti no tengo boca para hablar y han sucedido cosas importantes en la actualidad de estos últimos días.

-No creas que he estado totalmente apartado de los noticieros.

-Tu boda fue bastante emotiva, casi se me saltan las lágrimas. Ya hubieran querido una ceremonia así Romeo y Julieta.

-Noté tu emoción. Lo de esos dos enamorados resultó ser muy distinto. Eso sucedió en Verona, estuve en la casa de Julieta. Me hice fotos con ella, bueno, con su estatua.

-Tu viaje debió de ser precioso. Me gustaría haber ido. Hay mucha historia en Italia, mucho que aprender.

-Ya sabes, querido Corpus, que estos días eran muy personales. No podías venir. Aún así, cuando ordene mis fotos, mis ideas y ubique cada monumento, estatua, paisaje e historia en su lugar dentro de mi cabeza, te cuento. Es decir, cuando ordene mi memoria…

-¿Tan personal era como para que ni yo mismo pudiera ir?

-Sí querido Corpus, así era de personal. No te sientas molesto por eso, ya te he dicho que te lo contaré todo.

-De todas las cosas que han ocurrido estos días, yo creo que la más importante ha sido la muerte de Miguel Delibes.

-Una importante pérdida, nuestra lengua está de luto. Leí la noticia cuando paseaba por barajas esperando el vuelo para Italia y sentí la misma punzada en el estómago que cuando se murió Umbral. Muchos maestros del periodismo y de la literatura quisieron que sus artículos figuraran en las páginas de los periódicos más importantes de este país al igual que muchos representantes políticos.

-Sí Fran, muchos representantes políticos, pero a nuestra ministra de cultura sólo se le ocurrió decir que a ZP le gustaba mucho Delibes y que se merecía el Nobel. Me parecieron patéticas aquellas declaraciones. Ya ha habido escritores que han dicho con tono sarcástico que vaya orgullo estar en la “mesita de noche” de Zapatero.

-Tranquilo Corpus, ya sabes que esta pobre mujer tiene sus limitaciones. No se le pueden pedir peras al olmo. También dijo que fue un “creador”, “inspirador para otos creadores”, y en eso sí lleva razón. Respecto a lo del Nobel yo creo que también se lo merecía pero no es tiempo ahora de lamentarse por los errores, lo que hay que hacer es aprender a apreciar lo que tenemos para que en el futuro no ocurra lo mismo con otros maestro de esta categoría.

- ¡Increíble! Vamos a cambiar de tema porque parece como si la intentaras excusar.

-No, amigo mío, pero tratándose de esta ministra yo digo como decía otro gran maestro: Algo aunque poco quizás/ Siempre me parece más/ De lo que yo le pedía.

-Bueno, por ahí te vas a escapar. Cuéntame cosas del viaje, a quién has conocido, qué has visto, di algo que me tienes en vilo.

-Pues conocí a un personaje que me recordó mucho a ti, estuve en la tierra de pinocho y me hice fotos con él.

-No me digas, tengo que verlas.

-En fin, querido Corpus, te dejo, que esto se está alargando mucho pero no sin antes entregarte tu regalo.

-¡Me has traído un regalo! Muchas gracias, no esperaba menos de ti.


-Son dos plumas: la primera se llama Florencia y la segunda Venecia. Espero que te gusten.

-Pues claro, me encantan.

-Ya lo sabía, por supuesto que lo sabía.