domingo, 20 de diciembre de 2009

Por hablar de algo

Es curioso amigos la tradición de estas fechas. No me refiero al tema religioso, que también es tradición y muy arraigada, sino a las comidas de empresas.

El otro día estaba tomando una cerveza en un bar, leyendo la prensa y sumergido en los pensamientos propios que te deja de resaca un buen artículo de Carlos Herrera, por cierto que trataba de los toros, de esa ley que se han querido inventar en Cataluña de prohibir las corridas, parece ser que si se está en contra de los toros se es menos español y eso, claro, por aquellos lugares que frecuentan los de ERC “and company” vende mucho, vamos que se estila eso de querer estar en contra de todo lo que huela un poco a España.

Como iba diciendo, que en un momento que perdí la concentración en la lectura, quizás sería por el ruido que se estaba originando, el trasiego de gente, el movimiento de sillas y mesas y todo ese escándalo que se forma cuando mucha gente entra al mismo tiempo a un bar, que la verdad sea dicha, es bastante molesto, pero tiene su encanto, no se sabe muy bien la razón pero una buena prensa, una cerveza, una tapita de lo que sea y todo esto en barra de un bar, no es ni mucho menos igual que si lo haces en la mesa de tu casa, ni siquiera se le parece. Esto me recuerda algo que leí en uno de estos foros de Internet que a mí personalmente no me gustan, no es que esté en contra de ellos, ni mucho menos, lo que pasa es que soy más dado a los blog o bitácoras, le llamaban al foro “taberna” los mismos foreros, y la idea no es mala si lo miras desde el punto de vista de reunión para la tertulia pero falta el contacto humano, y lo que es más importante para que una taberna sea una taberna: la barra.

No hace mucho tiempo, fui con unos amigos de excursión, para echar un domingo atrás, a Zuheros, que es un pueblo precioso, con unas vistas impresionantes desde la carretera subiendo para la “cueva de los murciélagos” y conservan los restos de un castillo que se puede visitar con un guía muy guasón que te va explicando la historia de aquella fortaleza y justo en frente de la puerta por donde se entra al castillo hay un bar que, por lo que yo pude ver, su dueño es madridista a más no poder, que te ponen unas jarras de cerveza fría como la nieve y el jamón está exquisito pero el bar no tiene barra, cuando yo vi aquello me dije: este no es mi sitio.

Bueno, al grano, me di la vuelta en el taburete que era de esos que tienen la altura perfecta para la barra y giran sobre sí mismos, digo esto porque lo de la altura es muy importante, me da igual que tenga respaldar, que tenga el culo de hierro, de madera, o almohadillado, pero debe de guardar una altura buena para la barra. Hay algunos que incluso se pueden regular de manera que sirven tanto para la barra como para la mesa, pero yo me conformo con que tenga la altura justa y otra cosa también de suma importancia es que tengan para posar los pies, porque si no lo tiene puede llegar a ser muy incómodo. Es una auténtica contradicción que te sientes en un taburete para descansar y se te cansen las piernas, eso es como el que se acuesta en la cama para dormir y sueña que le persigue durante toda la noche un toro corriendo (espero que esto no les pase a los que está en contra de las corridas): ¡no descansas!

En fin, que los que hacían el ruido detrás de mí, se veía que eran compañeros de cualquier empresa que habían quedado para comer, que no es fácil. Me refiero a que hay que buscar un día que puedan todos, porque no se puede dejar atrás a ningún miembro; después hay que elegir un sitio que se adapte a las necesidades, porque puede haber gente que se tengan que desplazar con coches y en estas comidas no es muy conveniente conducir sobre todo para los que les gustan unas cervecitas, unos vinos o unos cubatas; y por último hay que escoger un menú más o menos acorde con los gustos de la mayoría, desde mi opinión, esto es lo principal.

No puedo seguir contando lo que pasó porque con el ruido no pude seguir leyendo, y me fui, pero seguro que se lo pasaron genial.
Así que os deseo a todos felices comidas de empresas, Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo 2010.

martes, 15 de diciembre de 2009

De manifestación o de merienda


Ya hacía referencia en otro artículo anterior, ya empezaba a oler a carne putrefacta el temita de los sindicatos, para que no haya duda en esta entrada, me refiero a los dos mayoritarios, esos que han convocado una excursión, porque a eso no se le puede llamar manifestación, con bocata incluido. Como decía la copla: “con mi bota de vino y mi bocata de salchichón…”. Parece ser que no querían nada, solo “pasar lista”. Bueno, también querían pegar un palito a los empresarios, a esos que están cerrando a una media de 177 al día, que son los que pueden dar empleo y al mismo tiempo los que verdaderamente pueden reducir el paro. Pues bien, a estos empresarios les dicen “que no se aprovechen de la crisis”. ¡Que listos!

Como digo, a parte de pasar lista, también querían decir que “el trabajo lo primero”.
Claro, le das en la cabeza a los empresarios que son lo que están cerrando y los que pueden crear empleo y luego dices que “el trabajo lo primero”. Eso si que es de ser listos.

Pero no queda aquí la cosa, que también dicen, “por el dialogo social”. ¿Con quien hay que dialogar? ¿Con ellos? ¿Con los que convocan un paseo de convivencia para no se qué y ya de paso se comen un bocata?

Treinta y dos mil millones de pesetas dicen que valen estos dos sindicatos mayoritarios cada año.


Dicen algunas periodistas que esta es “la primera manifestación de la historia democrática que no va dirigida contra el poder político que gestiona la economía, sino contra los empresarios que crean empleo.” “¡Qué viva Zapatero! (Y que le den a la empresa).”

Ha habido mucha prensa en contra de estos sindicatos durante este fin de semana pasado, muchas opiniones realmente duras contra estos. UGT y CCOO, han perdido mucha de su credibilidad, la pierden a la misma velocidad que Zapatero. Y eso juega en contra de todos: sindicatos, trabajadores, empresarios, gobierno… y España.

Me pregunto si no se darán cuenta de que el gobierno de ZP ha batido el record de destrucción de empleo de la historia de este país. Mirándolo de esta forma no hay razón alguna para que un sindicalista esté al servicio del presidente del gobierno. Pues, me equivoco amigos, los dos “defensores de los trabajadores” mayoritarios lo están. No me preguntéis por qué, pero lo están. Se lleva viendo durante mucho tiempo, es decir, que esto no es discutible, es una realidad. Yo he intentado que alguien me lo explique pero ha sido en vano.

Cuatro millones de españoles en el paro y ni a UGT ni a CCOO se les pasa por la cabeza que es posible que este gobierno se esté equivocando en algunas cosas. No, en vez de eso, libran su batalla contra los empresarios. ¡Qué fieles sirvientes!

No me gustaría que hubiera malos entendidos sobre este artículo. Yo no soy ningún antisindicalista ni nada por el estilo. Sólo creo que la dirección de estos sindicatos está agarrándose a una rama que se puede partir, que se está aferrando con todas sus fuerzas a algo que no es lo mejor para la defensa de los trabajadores y que este servilismo incondicional al presidente Zapatero puede pasarles factura a corto o medio plazo. De hecho, creo que ya están pagando por los errores. Van a empezar por que nadie los quiera creer.