jueves, 28 de mayo de 2009

Los tonto-toros

El año pasado, por la feria de Córdoba, estuve en unas corridas de toros. Toreaban José Tomas, Finito de Córdoba, El Cordobés,…. La verdad es que yo nunca he tenido una atracción muy grande por los toros pero una amiga mía, licenciada en periodismo decidió hacer un master taurino y claro, lo que pasa, que de una forma o de otra, por las conversaciones, comentarios entre amigos, te cuenta algunas entrevistas con toreros famosos y por obligación, al final te ves implicado en este mundillo. Cosa de lo que yo no me arrepiento. No soy ni mucho menos un entendido en toros, pero de vez en cuando leo a algunos periodistas taurinos, y me gustan sus crónicas.

Por cierto, antes de que se me pase, tengo que decir que todavía estoy esperando una pequeña crónica que le pedí a esta amiga, para Corpus Nudum, de esa corrida que vimos juntos, a ver si este año puede ser.

A mí no me han gustado los toros nunca y ahora no es que sea tampoco un gran aficionado, pero siempre me han caído mal esas críticas de los antitaurinos que sin argumentos, ni razones, ponen a los toreros y a todo el mundo que vive de esta fiesta como un trapo. Tampoco me gusta el futbol, pero no por eso voy a ir de bar en bar los sábados y domingos por la noche pegándole escobazos en la cabeza a todo el mundo que esté viendo el partido. Ni me voy a colar en un estadio con una pancarta diciendo que el futbol es tal ni cual. Simplemente, lo que hago es que no lo veo e intento esquivar la conversación cuando la veo venir porque no entiendo ni papa.

La cuestión es que hay algunos periodistas y escritores que aunque escriben de muchos temas, y la verdad es que algunos no lo hacen mal, parece ser que son cortitos de ideas, o por lo menos a mi así me lo parece, y cuando se quedan en blanco para el artículo diario, dicen: Hoy no tengo ganas de pensar, así que le voy a meter un batacazo a los de los toros. A esta gente son a los que yo llamo los Tonto-toros.
Este tipo de Tonto-toros, es curiosos, escriben artículos casi todos los días, los lees, los analizas y dan opiniones que merecen la pena pararse un poco a pensarlas, pero un día vas a leer su artículo y te das cuenta de que se ha convertido en Tonto-toros. La conversión es pasajera, porque al otro día parece que ya se le ha pasado la fiebre antitaurina pero, ya no es lo mismo.

Otro tipo de Tonto-toros es el que es captado por otro Tonto-toros. Un domingo sin nada que hacer, están dos personas fumándose un porrito en cualquier plazoleta y le dice uno a otro: ¿vamos a la plaza de toros con una pancarta y nos ponemos allí en mitad para putear a la gente que ha pagado su entrada? El otro da un par de caladas y a los dos minutos, o por ahí, dice con una risa boba: Ostia tío, es que eres lo más de lo más.


Esto me recuerda a un video que me mandaron por correo hace tiempo en el que unos pocos de chavales y chavalas se metieron en el centro de una plaza de toros y desplegaron una pancarta en señal de protesta contra esta fiesta. Pero se les olvido un pequeño detalle casi sin importancia y es que el albero de las plazas de toros está vallado en todo su perímetro porque es posible que haya toros dentro y claro, aunque tú protestes en defensa de los toros, el toro no sabe leer pancartas ni entiende nuestro idioma, no sé si eso será culpa del ganadero que no lo ha llevado a la escuela de chico o del mismo toro que es un torpe y un analfabeto, lo que sí sé es que ninguno sabe de estas cosas. Quizá los chavales se metieron tanto en su papel que llegaron a pensar que el toro era amiguito suyo. Se pueden imaginar lo que hizo el animal con ellos. No se me va de la cabeza a dos o tres chavales saltando por los aires enredados con la pancarta.
Estos chicos, seguro que no se han parado a pensar que de los toros viven muchas familias, que estos animales le dan de comer tanto al ganadero como al que está trabajando en una finca o al veterinario que va a verlos. Pero no es solo eso, sino que también forman parte, de la cultura y la tradición de España. Y que esta cultura y esta tradición, en muchas ocasiones son la base de un tipo de turismo que mueve gran parte de la economía de este país, y en los tiempos en los que corremos no está la cosa para perder turismo.

Hay otro tipo de Tonto-toros, este es el último, que es el que ha ido a algunas corridas, no es muy aficionado pero de vez en cuando le gusta verlos por la tele, lee algunas opiniones en la prensa y un día decide escribir un artículo en su blog pero se queda en blanco. Y piensa: Hoy no tengo ganas de comerme la cabeza, así que voy a escribir algo de los Tonto-toros, a ver como sale. Y mira, no está tan mal.