lunes, 28 de junio de 2010

Nuestra España se arruga

Hay muchas noticias que machacan nuestra integridad.
Hay muchas cosas que se hunden en este país de mierda, como diría Reverte.
Hay puñaladas que duelen, causan heridas y que poco a poco se hunden en la carne como un cuchillo que se quiere clavar a tuerca de tornillo. Eso duele.

España ha levantado la cabeza cuando la ha tenido enterrada entre cenizas y las balas volaban a ras del suelo. La historia lo ha escrito. Todos lo sabemos. Pero ahora cuando los tiempos son mejores, cuando los zarpazos no son reales, cuando en lugar de saltar sangre saltan cuentas bancarias, nuestro país se arruga.

Sí queridos amigos, eso es lo que dicen los números. Esta vez hablo de vidas.

Las vidas cuestan dinero, el dinero cuesta trabajo ganarlo, el trabajo no todos lo tienen y cuando se tiene te quitan un porcentaje de lo que cuesta trabajarlo. La culebrilla que se muerde la cola.

Tenemos más viejos que niños, tenemos más arrugas que inquietudes. No lo digo yo, lo dicen esas noticias que pasan desapercibidas entre tanta devastación y trenes asesinos.

En estos tiempos en los que vivimos, tener niños es demasiado caro. Eso es lo que pasa.

Nuestra España se hace vieja, se arruga poco a poco y a este paso, pronto decidirá sentarse en su poltrona para verla venir.

A mi querida amiga, Isabel San Sebastián, le duelen estos números y en su artículo, impecable como siempre, se refleja este dolor. La cosa tiene que cambiar, llevas toda la razón, amiga mía, tener un hijo no debe ir ligado al pánico horroroso de no poder pagarlo.

Corren malos tiempos para esta España a la que no han sabido gestionar con sabiduría, para una economía maltrecha por culpa del derroche de unos pocos incautos, malos tiempos para un país en el que media Europa quiere meter sus zarpas y decirnos como tenemos que hacer las cosas porque no se fían de nuestros mandatarios derrochones.

Mucha cautela hay que tener con estas noticias. Cuando la enfermedad es tan fuerte que ni el mismo enfermo quiere aferrarse a la vida sino que se va apagando poco a poco sin que se pueda hacer nada para evitarlo, la cura se vuelve cada día más y más difícil.

6 comentarios:

Talbanés dijo...

Cuanta razón llevas pariente. Hay países como Suecia que tenían eses mismo problema hace 20 años y con acertadas políticas de incentivación de la natalidad lo han resuelto, aquí creo que no hay intención de los políticos por solucionarlo. Un saludo pare.

Anónimo dijo...

Como siempre sabes "meter el dedo en la llaga"pero hay dos cosas en tu escrito muy diferenciadas, aunque al final se unen porque la economía, de una nación, de un pueblo ó de una casa lo condiciona todo.LA NATALIDAD también está condicionada por la economía, pero debemos ser capaces, sino apartarla del todo, al menos de distinguirla y para ello hay que analizarlo bien. ¿Que supone para cualquier pareja, la llegada de un bebé?. Primero que ÉL será desde ese momento el protagonista de todas las cosas que haga esa pareja.Él será todo y eso es precisamente lo mejor, porque esas dos personas están condicionadas, pero en positivo hacia ese hijo/a y siempre lo estarán. Por eso, por ese positivismo no creo que influya mucho, que haya algunas ayudas en dinero,( que además luego vienen las rebajas en la declaración de la renta). Creo que pueden influir más otras cosas, por ejemplo que esas madres ó padres puedan tener en su trabajo un horario adaptable a sus necesidades, que en empresas de alguna dimensión, se hagan guarderias, para que esos padres ó madres estén tranquilos en su trabajo. En fin creo que se puede conseguir con un poco de imaginación, conciliar mucho la vida laboral de esas madres/padres con la vida familiar y el cuidado de esos hijos, que serán los que tomen ese relevo generacional que tan necesario es, para que la sociedad siga funcionando bien. En la otra parte que nos planteas que es nuestra situación económica, es todo un desastre, porque no se vé luz en ningún sector y está claro a dia de hoy, que hubiera sido muy dificil hacerlo peor.
Bueno te pido disculpas por haberme alargado tanto y ahora lo que me temo es que vas a ser tu quien me digas,"Ya pa qué".

Anónimo dijo...

Estoy con lo expuesto en el anterior comentario anónimo. Más que dinero en sí, lo que se necesita es una conciliación de la vida familiar y laboral. No podemos entrar a trabajar a las 9 de la mañana y salir a las 8 de la tarde (en invierto esto es noche cerrada), y no hay guardería que te solucione este horario, sin contar con los traslados ya que en cualquier ciudad entrar a trabajar a una hora determinada suponer salir de tu casa 1 hora antes. Total que los españolitos nos vamos de casa a las 8 - 8:30 para volver a las 8:30 - 9. Quien pueda criar así a sus hijos que nos diga como!

corpus nudum dijo...

Bueno amigos, lleváis muchísima razón. La flexibilidad en el horario laboral para poder tener más tiempo, adaptar el trabajo a las necesidades familiares, como dijo “ya pa qué” creando guarderías, o como ha señalado este último anónimo, puede solucionar en parte esta situación.

Pero ya sabéis todos que yo soy bastante cabezoncete, y por eso sigo en mis trece. Me explico.

Tener un hijo para una pareja de parados es muy difícil y esas medidas que proponéis quizás no solucionen mucho esta situación (el paro va estrechamente ligado a la economía de un país), y hay muchas personas en España que si no se vieran en esa situación laboral quizás se propondrían….
La economía que actualmente sufrimos dificulta que muchas personas en edad de procrear puedan independizarse o acceder a una vivienda y por consiguiente tener hijos. Esas soluciones tampoco mejorarían mucho su situación.

En definitiva, mi pensamiento es que una mala economía no quita las ganas de tener hijos pero sí retrasa la hora de tenerlos y que vuestras ideas serían mucho más efectivas si ésta mejorara.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Siempre que surge este tema, cuento una conversación que presencié hace ya algún tiempo. Un hombre de cierta edad, le preguntó a una chica joven, a la que llevaba algún tiempo sin ver, si ya había tenido algún hijo. Esta le dijo que sí que uno, que un niño. El hombre mayor, como se suele decir en estos casos, le preguntó que para cuando la parejita. A su vez, la chica le respondió que con uno estaba más que "servida", que si los gastos, que si la vida esta muy mala,...
En ese momento, el hombre, bastante contrariado, le cortó en seco y le dijo: "La vida mala ahora,..., mala cuando nos crió mi madre, a mi a mis 7 hermanos, que el mejor de los días comiamos un mendrugo de pan duro cada uno".


Aunque os doy la razón en todo lo que habeís comentado más arriba, pero en este asunto también hay mucho egoismo de los padres, porque está claro que tenemos que renunciar a muchas caprichos por los hijos (viajes, comidas,...) y mucha tonteria de que a mi niño no le falte de nada, y mucho menos, si ya lo tiene el hijo de mi vecino. ¡Pues es mio más! ¡Hasta ahí podíamos llegar!

Un abrazo.

Cazandangas.

Anónimo dijo...

Cazadangas llevas mucha razón, llevamos un nivel de vida superior al que podríamos permitirnos si tuviesemos hijos y eso hace postponerlos o no tenerlos.
Pero por otro lado también es muy cierto la no conciliación de la vida familiar y laboral. Conozco el caso en mi entorno más cercano, de mujeres que han despedido una vez tuvieron su primer hijo (embarazadas no pueden por ley, y se esperan a la reincorporaciónd tras la baja maternal para darle el puntapié).
Otro aspecto que nos diferencia de las familias de hace 30 años es que en la misma casa vivian los abuelos y uno o dos hermanos casados con hijos, y estos estaban siempre vigilados aunque los padres tuviesen jornadas de trabajo muy dilatadas.